CONSPIRACIÓN VINTAGE – Vuelve 'UTOPIA'
El género televisivo del misterio, especialmente de esa categoría tan recurrente en la ficción contemporánea que es el thriller conspiranoico, es probablemente el que más ardua labor encuentra a la hora de mantener el interés y la intriga, dentro de la consistencia y la solidez, más allá de su primera hornada, tras la que muchas no saben continuar y convierten una promesa de serie de culto en flor de un día venida a menos. De esto no quedan libres, ni mucho menos, las ficciones británicas, pese a que sus formatos de producción más manejables y realistas, con temporadas más reducidas, permitan un desarrollo más cohesionado, orientado y acotado, sin lugar para el relleno que, como todo lo que no suma, normalmente resta.
De momento, no parece este el caso de Utopia. El que fue uno de los estrenos más destacados de la cosecha de 2013, una suerte de Rubicon pre-apocalíptico con elementos mitológicos a lo Perdidos, envuelto en una estética muy definida, llamativa e identificativa, empieza su segunda temporada sin pelos en la lengua. Aprovechándose de una atmósfera, una tesitura en la antesala del esperpento, convierte su season premiere en un prólogo, una suerte de mini-precuela, en clave de logrado ejercicio de historia-ficción, delicia para las mentes más conspiranoicas que se sitúa en una delgada y difusa línea entre el guiño y la burla a dicho colectivo. Nada mejor que apropiarse de la serie de crímenes y catástrofes de altos vuelos acaecidos a finales de marzo de 1979 en diferentes puntos de la geografía occidental, desde el asesinato de Mino Pecorelli o el incidente nuclear de Three Mile Island, para retomar el particular viaje del (anti)héroe de nuestros protagonistas, algunos de ellos sumidos en la tediosa y dramáticamente insostenible rutina posterior a los eventos de la season finale.
Cuando se nos presenta a entes como las mafias italianas o el IRA como meros peones de un gran juego global que controlan unos pocos, por no decir una sola, cual marionetista, al más puro estilo Grupo Bilderberg, todo se hace posible en este duelo, tan clásico y tan universal, de una serie de humanos implicados por accidente (o no) en la aventura (o pesadilla) de sus vidas, contra una gran compañía maquiavélica y orwelliana que controla el mundo a su antojo. En este aspecto, Utopia se atreve a volar más alto, pese a su nula naturaleza fantástica y paranormal, que la mayoría de series de misterio y conspiraciones recientes, pero al mismo tiempo (y esto es lo que realmente la vuelve genuina), sin renunciar a su característica dimensión local, casi intimista, en la que las situaciones más rutinarias se convierten a menudo en el escenario donde se libran las principales batallas.
No se trata, ni mucho menos, de un déjà vu ni de un reset: existe una continuidad que, en el caso de algunos personajes, ha pasado por un breve hiato de rutina, precisamente la elipsis que cubre el cambio de temporada. Lo vivido hasta el momento no ha caído, naturalmente, en saco roto, y la vida de los personajes nunca volverá a ser obviamente la misma. Estamos ante el siguiente paso de esta batalla a contrarreloj de David contra Goliath en la que sigue resultando difícil saber en qué bando se encuentra realmente cada uno. Aunque, claro está, el verdadero aliciente de la temporada será la evolución del que empezó más bien como objeto pero ahora pasa a ser el principal sujeto de la acción, de la progresión argumental: Jessica Hyde.