MAD MEN – SERIES FINALE

Mad Men 7x14: Person to Person (series finale)COCA-COLA ZEN

¿Qué se puede decir de esta maravilla de la televisión que no se haya dicho ya? Habiendo alcanzado su cumbre expresiva y simbólica en su redonda cuarta temporada, sobrevivió al cansancio y al desgaste durante tres temporadas más, la última en dos hornadas, y un parón previo de año y medio. Insignificante resulta ya que los Emmys y demás premios no hayan seguido acompañando: Mad Men ha sido sin dudas la mejor serie de la era post-HBO, es decir, de ese período de la (ya caduca) edad de oro de las series de televisión en la cual la liga de los dramas de los canales de cable dejó de ser un monopolio de “la cadena que no hace televisión”. Vamos, desde el sonoro final de Los Soprano, precisamente la serie en la que forjó el padre de la criatura, Matthew Weiner.

La recta final había acentuado esa trayectoria de descenso a los infiernos del protagonista, pregonada desde los mismísimos títulos de apertura, con un deriva fantasmagórica y mortuoria que se movía entre reminiscencias de David Lynch y de A dos metros bajo tierra, el Espíritu Santo de esa Santísima Trinidad con la que HBO elevó el prestigio de la ficción televisiva. Precisamente la trama troncal, la de nuestro controvertido, imprevisible, carismático y desasosegado protagonista, Don Draper, bebió mucho de la narrativa y el simbolismo de aquella en sus últimos coletazos. Pero aquí la presencia literal y explícita de la muerte era algo mucho más anecdótico, e insuperable en su puesta en escena desde el episodio final del año pasado, ecuador teórico de una temporada en dos volúmenes pero con alma de season finale en la práctica.

Mad Men 7x14: Person to Person (series finale)En un arrebato de estos tan suyos pero elevado a la enésima potencia, decidió emprender un extraño viaje sin rumbo, de costa a costa de los Estados Unidos, a lo Kerouac (la referencia al mismo no es meramente simbólica del momento, tenía una continuación y una proyección metafórica y metatextual en la que entraremos más adelante). Su vacío moral y motivacional lo arrastra, de la mano de su querida “sobrina” Stephanie (otro notorio eventual del que han tenido el detalle de dejar despedirnos) a un retiro espiritual, una deriva zen en las antípodas de Madison Avenue, del materialismo más bestia al espiritualismo más minimalista (aquella reaparición de Kinsey como Hare Krishna pudo haber sido un anticipo). La metáfora visual de la larga carretera, a lo Thelma & Louise o al estilo del insuperable final de la mencionada serie de Alan Ball, del plano final del antepenúltimo episodio, nos puede dar una pista algo desencaminada sobre un posible paso de Don “al otro barrio”, con la experiencia zen como umbral entre los dos mundos... o no, porque sabemos que, aunque lógico, sería descabellado viniendo de Weiner, que está por encima de esos lugares comunes y sólo hay que fijarse en el desarrollo de la serie para deducir que difícilmente acabaría de esa manera.

Mad Men 7x14: Person to Person (series finale)El adiós del resto del personajes queda, naturalmente, en un segundo plano, si bien algunos de sus desenlaces ya estaban anunciados. Ya sea en el amor (Peggy, Roger), en el “juego” (Joan) o en ambos (Campbell) todos parecen encontrar su particular final feliz, en el sentido más clásico y hasta diría que plano del término, si no fuese por la trayectoria dispar de Joan y Peggy que, en su final, cambia de polaridad: Miss Olson, la mayor evolución en lo profesional de la serie pero negada en el terreno sentimental, encuentra su alma gemela donde menos se lo espera, puerta con puerta (la TSNR con Rizzo acabó surtiendo efecto) justo cuando parece que su progresión se estanca en cierto modo; mientras que Mrs. Harris (Holloway), a la que nunca le han faltado amantes y pretendientes pero sí reconocimiento profesional, se decide finalmente por abrir su propio negocio en lugar de una vida de lujo con su jugoso finiquito y su madurito ricachón, pero compatibilizándolo con el cuidado de su familia, situando la oficina en casa de su madre, con su hijo y con la niñera a modo de secretaria (y recuperando de algún modo su apellido de soltera y por ende su verdadero yo, aunque sólo sea una estrategia comercial para darle más empaque al nombre de su agencia).

Una pena que dicho negocio no haya sido con Peggy como socia, como primeramente se nos sugiere, pues hubiese sido muy interesante y otro gran final para otros dos de los personajes más carismáticos y relevantes del siglo XXI. Ambas acabarán triunfando a la vez en el amor y en el juego, cada una a su particular manera.

Mad Men 7x14: Person to Person (series finale)Pero volvamos a Draper, núcleo de esta series finale, como no podía ser de otra manera. La conexión con la conocida enfermedad terminal de su exmujer y madre de sus hijos (smoke gets in your lungs), primero a través de Sally y luego a través de ella misma, nos despeja la dirección que tomará el episodio. Fracasado en el intento, tardío y efímero, de redimirse como hombre de familia, acude a su otra familia, lejana y postiza, pero que, en la figura de Stephanie, encontraba una conexión especial que no tenía con su verdadera familia, si es que para él eso alguna vez existió. Completamente perdido también en el retiro espiritual, toca tirar de la compañera de trabajo que mejor lo entendía, su discípula y protegée, Peggy, que, aunque en un clima de bastante mal augurio, le da la clave de lo que sería su salvación: Buy the world a coke.

Lucky Strike, Samsonite, Coca-Cola, completando el ciclo. Un soberbio montaje que da el paso de una meditación que acaba arrojando finalmente una tímida sonrisa en la cara de Don a la reproducción íntegra del legendario spot de McCann Erickson, nos deje clara la conclusión del episodio, de la serie, en cuanto a lo que Donald Draper se refiere: suspenso como hombre de familia, sobresaliente como hombre de negocios.

Mad Men 7x14: Person to Person (series finale)De lo individual a lo sociológico pasando por lo histórico, lo cultural y lo espiritual, a través de un viaje interno por la industria que mejor sabe convertir en arte y belleza las desdichas y frustraciones humanas, la publicidad: esa es la grandeza discursiva de Mad Men, de saber elaborar todo un tratado sobre la condición humana contemporánea a partir de un contexto histórico, geográfico, social y económico muy específico, así como polifacéticos personajes, llenos de matices, que quedan para la posteridad. No en su faceta moral, que de eso no se trata (estamos en el siglo XXI, se acabó la televisión llena de moralinas), sino en cuanto a lo profundamente humano del hasta dónde podemos llegar por satisfacer nuestros deseos (siendo precisamente la publicidad, el oficio de estos personajes, quien se encarga de crearlos, o moldearlos) sean profesionales, eróticos o una extraña mezcla de ambos.

Mad Men 7x14: Person to Person (series finale)Así llegamos a Coca-Cola, al primer gran anuncio televisivo de la marca, vendiendo felicidad global y mundo multicolor, que básicamente viene a convertir en mensaje comercial los avatares de la contracultura que caracterizó a la generación de estadounidenses criados tras la II Guerra Mundial, desde sus orígenes (En la carretera), hasta su cumbre en Woodstock: el movimiento hippie, basado en el pacifismo, el pensamiento global, el amor libre y el buen rollo, todo contenido en una botella de Coca-Cola. De una road movie sin rumbo a la legendaria pieza con la que el sistema económico absorbe, para su propio beneficio, “los valores” de la contracultura que caracterizó al siglo XX en Occidente, en apenas tres episodios. Un broche brillantemente calculado y con una base cultural y referencial muy fuerte.

Fue claramente el primer gran anuncio audiovisual de la popular casa de refrescos, el que inició una tendencia y un “espíritu” de marca que, con todas sus variaciones, pervive hasta nuestros días. Nada mejor que un anuncio, el anuncio, para finiquitar esta serie que ha tenido en la publicidad su cauce argumental pero también semántico y simbólico. ¿Qué mejor que Coca-Cola para representar las miserias de una sociedad, la occidental (no sólo estadounidense) que compra en un refresco la “felicidad” que no puede alcanzar por otros cauces?

I'd like to buy the world a show like Mad Men

P.D.: Aquí tenéis el compendio de reseñas, episodio por episodio, que he escrito para el portal TodoSeries desde la cuarta temporada de la serie.

2 comentarios en «MAD MEN – SERIES FINALE»

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