THE DOORS – THE END / BSO de 'APOCALYPSE NOW' (1979) de Francis Ford Coppola
No tenía ninguna duda acerca de cuál sería la banda sonora de un día como hoy, en el que las diferentes bromas sobre un apocalipsis que muy pocos se tomaron en serio (ya sería triste lo contrario) copan las redes sociales. Las verdaderas catástrofes destructivas no provienen de energías ancestrales, como preveían los mayas, sino de la acción del propio ser humano, o mejor dicho, de las élites humanas que dominan el juego geopolítico y hacen del globo un tablero de ajedrez donde los peones son los habitantes, civiles o militares, y los movimientos de las piezas grandes toman forma de bomba atómica, ataques con napalm o cualquiera que sea la máquina de matar de moda.
Coppola escogió el tema de cabecera de una de las bandas más complejas, en cuanto a estética y subtexto, de la historia de la música (con esa gran líder artístico y espiritual que fue Jim Morrison, miembro del Club de los 27), para connotar este memorable prólogo a la que probablemente sea la adaptación más eficaz de una novela en un marco espacio temporal completamente diferente: del Congo Belga colonial en el El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad al incendiario Vietnam de la Guerra Fría en Apocalypse now, la obra más controvertida y críptica del italoamericano. Ambas expresiones de una misma fábula siniestra sobre el horror y la locura de la guerra, con un río como elemento conductor, en sentido tanto físico como figurado (la podríamos llamar river movie).
Quedarán para siempre en el imaginario cinematográfico universal un Dennis Hopper que parecía sacado de un comuna hippie y un Marlon Brando en el personaje más enigmático de su carrera, a la para que la pesadilla de Coppola en uno de los rodajes más infernales que se recuerdan. El infierno llegó a traspasar las paredes de lo ficticio y contagió a la producción entera, desplazada a Filipinas. Esperemos que esos verdaderos calvarios humanos que son las guerras, desastres reales y no fantasías conspiranoicas, no se vuelvan a repetir nunca más. Dicho esto, disfrutad de lo que queda de este día como si fuera el último (aunque ya sabemos todos que no lo va a ser).