HIELO EN LA SANGRE - 'EL GRAN CUADERNO', de János Szász
EL GRAN CUADERNO - A nagy füzet (2013) de János Szász
Aquellos que han tenido la oportunidad de acercarse a la obra de Agota Kristof, en especial su trilogía de Claus y Lucas(compuesta por El gran cuaderno, La prueba y La tercera mentira), describen la experiencia de su lectura como intensa e implacable en su crueldad contenida. Yo, que no me encuentro entre sus lectores, no sabría decir si esto es cierto o no, pero lo que sí puedo afirmar es que en caso de que así sea, los fans de la novela sólo van a encontrar en la adaptación cinematográfica una satisfacción a medias.
La historia sigue a los gemelos Claus y Lucas, enviados por su madre a casa de su abuela con el fin de alejarlos del hambre y la guerra. Sin embargo, los hermanos no sólo no conseguirán escapar de la guerra sino que se verán pronto envueltos en una espiral de violencia y miseria en el que deberán conjurarse para hacerse fuertes e inmunes al dolor y así poder sobrevivir en el entorno hostil que los rodea.
Si decía antes que los seguidores de la novela original sólo van a encontrar una satisfacción a medias es, por extraño que suene, porque la película está demasiado bien hecha. Me explico: el tema principal del relato está ahí, la violencia se palpa en las imágenes y los dos niños reconvertidos en pequeños monstruos insensibilizados consiguen provocar una mezcla de respeto y temor inusual en este tipo de historia. Y, sin embargo, quizás una propuesta más radical, menos académica, nos hubiera acercado más a la experiencia de los jóvenes protagonistas. La impecable fotografía le sirvió a Haneke en La cinta blanca, pero esto no es un Haneke, aunque lo pretenda, y uno demanda una filmación más arriesgada, unos encuadres que nos acerquen a la mente de esos pequeños guerreros, no que nos alejen de ellos. Sonará a barbaridad, y puede que lo sea, pero creo la película pedía más Lars Von Trier y menos Haneke. Más Dogville que La cinta blanca.
Sería injusto que me detuviera tan sólo en una crítica de estilo que, además, es profundamente personal. El jurado del festival de Karlovy Vary concedió a la película de János Szász el máximo galardón. Y algo sabrán ellos, digo yo. Además, los hermanos Gyémánt debutan en el cine con una interpretación impresionante en la que les toca hacer de casi todo, y casi todo lo hacen bien.
Notable película, pues, a la que le habría venido bien alejarse de convencionalismos formales para hacer más creíble la poco convencional narración.