STATHAM SE LÍA A HOSTIAS... OTRA VEZ – 'REDENCIÓN', de Steven Knight
REDENCIÓN – Hummingbird (Redemption) de Steven Knight (2013)
Jason Statham es uno de esos actores que nunca podrá protagonizar una comedia romántica porque la convertiría ipso facto en una película sobre la violencia de género. Al muchacho le gusta repartir leña, qué le vamos a hacer, y encima se le da la mar de bien. No es especialmente guapo, no tiene cuerpo de culturista y sus personajes siempre parecen cansados de la vida. Y, sin embargo, posee un carisma bastante peculiar, un 'algo' indescifrable que le ha valido una buena legión de fans y un lugar en ese cutre Olimpo de los Tíos Duros que es la trilogía de Los mercenarios.
En Redención, Statham vuelve a las andadas: más puñetazos que líneas de diálogo, personaje desgraciado con pasado turbio, lucha incansable contra un enemigo mayor que él, etc. La misma historia de siempre... ¿o no? Hay algo en la película de Steven Knight que se sale del esquema habitual de las películas de acción, un 'algo' igual de indescifrable que el carisma de su protagonista. ¿Es por ese otro Londres que muestra, más oscuro, más feo y más violento? ¿Es por la historia en sí misma, que sin ser un derroche de ingenio se las apaña para resultar en cierto modo original? ¿Es porque el interés romántico del protagonista es, en esta ocasión, una monja?
¡Ya lo tengo! Lo que hace de Jason Statham un actor tan carismático es su credibilidad. Da igual que recicle personaje de una película a otra, porque independientemente de la calidad del film Statham lo va a clavar. Algo así como contratar a Gene Kelly para un musical: un valor seguro. En Redención se cuenta la historia de un antiguo soldado de las fuerzas especiales del ejército británico que se ve envuelto en una cruzada personal para vengar a una compañera. Por el camino se cruzará con una monja apasionada del ballet, una mafia china que gobierna los suburbios londinenses y un montón de gente muy mala que pide a gritos un puñetazo en la boca que el bueno de Statham no les va a negar.
¿Va a gustar la película a los no amantes del cine de acción cañero? Entre muy poco y nada. Es una película por y para fans del género, a los que se les ofrece, además de las consabidas peleas testosterónicas, algunas vueltas de tuerca interesantes a la fórmula clásica. Vamos, que si te gusta como golpea Statham (y lo hace francamente bien), ésta es tu película. Si no eres de esos, no te molestes demasiado en verla, aunque has de saber que no es, ni mucho menos, una mala película, y que no todo en esta vida son films iraníes de bajo presupuesto. A veces hay que atreverse un poco, ser osado. Porque la vida es corta, pero no tanto, y en la cartelera, como en la vida del Señor, hay de todo y para todos los gustos.
