PINK FLOYD - COMFORTABLY NUMB / BSO de 'EL MURO' (1982) de Alan Parker

Hace un mes recordábamos la reunificación alemana con uno de los acercamientos más brillantes al fenómeno de la Guerra Fría paridos por el cine, el de Billy Wilder en clave de acertada y sarcástica comedia de enredos. Hoy se cumple un cuarto de siglo, que se dice pronto, del acontecimiento que acabó derivando en dicha reunificación... y en algo mucho más amplio, convirtiéndose a la postre en el más importante evento político de final del siglo pasado (la centuria que vio nacer al cine, la televisión y la comunicación moderna), por su abrumadora carga simbólica: el derribo del muro de Berlín. Más allá de la reunificación de una de las ciudades más apasionantes del planeta, y posterior y consecuentemente, del país de Europa Occidental con mayor cambio de fronteras en la historia reciente, las secuencias de ese momento, que por su carga icónico y simbólico acabó representando a todo lo que vino después, definieron un escenario geopolítico completamente nuevo, con la caída de la URSS y todo el bloque del Este y el fin de la larga Guerra Fría. Por ello, la caída del muro del Berlín se sigue leyendo, a día de hoy, como el inicio de un Nuevo Orden Mundial.

Pink Floyd: el muro (1982) de Alan ParkerY en aquel escenario acabó teniendo presencia otro muro, este ficticio y metafórico, el del álbum conceptual de Pink Floyd The wall, sin duda una de las cumbres de la historia de la música rock. Una magistral ópera rock que gira en torno al aislamiento personal y las altas fuerzas de presión que ejerce la sociedad contra el individuo desde sus diferentes estamentos de poder, simbolizados por un muro en el que el amplio movimiento de rechazo a la barrera que partió Berlín en dos durante casi cuatro décadas identificó una metáfora del mismo. Así, Roger Waters (ya fuera de Pink Floyd) y un completo plantel de bandas artistas invitados de lujo (de Van Morrison a Joni Mitchell pasando por Scorpions o Cyndi Lauper), dieron un concierto ocho meses más tarde en la capital de una Alemania a pocos pasos ya de la reunificación. Un recital íntegro de The wall, con el otro muro ya reducido a pequeños fragmentos monumentales, que pasó inmediatamente al Olimpo de la historia de la música en directo, con la rendición de Comfortably numb, junto a Van Morrison y The Band, como momento más álgido.

Aquel legendario directo recreó en ciertos momentos la adaptación audiovisual de la obra maestra de Pink Floyd a manos de Alan Parker ocho años antes, con secuencias de animación del ilustrador y animador de cabecera de la banda, Gerald Scarfe. Uno de los títulos de referencia del cine musical que ha envejecido maravillosamente y que sigue provocando una fascinación sensorial sin parangón.

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