PILOTOS DE AMAZON (I): 'COCKED' y 'THE MAN IN THE HIGH CASTLE'
La incontestable victoria de Transparent en los Globos de Oro arroja una realidad ya innegable, por si la gran acogida de House of cards u Orange is the new black no hubiese sido suficiente: la distribución en streaming de ficción de producción propia ha llegado para quedarse. Máxime si se deja a los propios espectadores decidir lo que quieren ver y lo que no, como es el caso de Amazon, responsable de la primera serie perteneciente a este nuevo paradigma de consumo televisivo en llevarse uno de los grandes premios.
La ya cuarta temporada de pilotos del gigante del comercio electrónico arrancó a mediados de enero, y en esta web os comentaremos en las próximas semanas una selección de dichos pilotos, de los cuales sólo unos pocos acabarán viendo la luz verde y comenzando su aventura en el formato de largo recorrido. Aquí van las dos primeras reseñas:
Cocked
¿Una suerte de Michael Corleone en la Norteamérica profunda pero cuyo negocio no es el de matar sino el de proveer con lo que matar? Esta descripción, reduccionista a más no poder, podría servir para empezar a describir un piloto con una ficha técnica bien llamativa: Jason Lee (Me llamo Earl, filmografía de Kevin Smith), Sam Trammell (recién salido de True blood) y el veterano Brian Dennehy (Acorralado, Cocoon) protagonizan drama que combina el drama familiar-empresarial a lo Dallas con un acercamiento más directo al thriller que a la soap opera, con la industria armamentística "doméstica" como telón de fondo… y de forma, pues el contexto, al que se unen los excesos de un coprotagonista con una vida a lo Jordan Belfort, permite un tratamiento más expresivo y juguetón de la imagen.
El regreso accidental del hijo pródigo, si bien en la senda moral "correcta", al negocio familiar del que siempre había renegado, cual Nate Fisher en A dos metros bajo tierra, supone un punto de partida para un relato con mucho de instintos criminales y ambiciones desmesuradas en el que se destila enseguida que los fabricantes de pistolas, en última instancia, no tienen muchos más escrúpulos que los pistoleros. Interesante parece también el conflicto derivado de aplicar nuevas técnicas de mercado y abrir nichos de público a una industria con un target tan anclado en valores tradicionales: quizás ahí, y no en todo el melodrama digerido, radique la frescura que pueda tener el conflicto fraternal y paterno-filial, ese enfrentamiento entre lo viejo y lo nuevo. En resumen, no tiene mala pinta pero tampoco ofrece conflictos especialmente innovadores ni magnéticos nunca antes vistos, con lo que resulta difícil predecir el destino que le darán los internautas a este trabajo de los creadores de Miénteme y Manhattan, aunque puede que ayude su pronunciado cliffhanger.
The Man in the High Castle
¿Qué distopía orwelliana más inquietante puede haber que aquella que juega a la historia-ficción, partiendo del "¿qué hubiese pasado si…?" más turbador del imaginario occidental? Una premisa tan controvertida (apenas explorada en la ficción audiovisual reciente por un hilarante episodio de Misfits) que volvía hasta cierto punto "maldita" la adaptación de un autor clave de la ciencia-ficción como Philip K. Dick (demiurgo de Blade Runner, Desafío total y Minority report). Parece que a la tercera va la vencida,… aunque de momento sólo tenemos el piloto, escrito por Frank Spotnitz (Expediente X, Millennium) y dirigido por David Semel (realizador del piloto de Héroes).
Las potencias del Eje han ganado la II Guerra Mundial. III Reich e Imperio Japonés se reparten el territorio estadounidense, con una "zona colchón" controlada por ambos. Esto es el relato de la resistencia, ante un mal superestructural, algo que ya hemos visto otras veces pero puede que nunca con caras ya conocidas de un pasado que no queremos que vuelva. Con todos los ingredientes que no pueden faltar en el género: personajes de diferentes puntos destinados a encontrarse, historias de amor en la lucha, personajes jugando a dos o más bandas, etc. Es cierto que el piloto, ante tal densidad argumental necesaria en la hoja de ruta, adolece un poco de ritmo y no termine de construir la necesaria tensión para este tipo de relatos. Pero con todo, el material da para mucho, y teniendo además el valor de Philip K. Dick detrás y lo añorado de su adaptación, parece una apuesta segura de continuidad.
Recordad que podéis participar en el proceso de selección de las próximas series de Amazon en este enlace.