Z-Z-Z-ZOMBIS – 'MELANIE. THE GIRL WITH ALL THE GIFTS', de Colm McCarthy
MELANIE. THE GIRL WITH ALL THE GIFTS (2016) de Colm McCarthy
Una de las mayores cualidades humanas es, precisamente, aquella de la que carecen los estudios cinematográficos: saber cuándo parar. Porque, francamente, creo no equivocarme cuando afirmo que una gran mayoría social está ya bastante harta, por no decir infinitamente aburrida, del tema zombi. Me pongo reflexivo y trato de encontrar una explicación al fenómeno.
Del mismo modo que durante la Guerra Fría proliferaron las películas de extraterrestres (el símil entre el alien invasor y el comunista ruso), es posible que en estos tiempos en los que contemplamos con horror el resurgir de viejos fascismos y antiguos conflictos, el cine haya encontrado en los no muertos la metáfora más indicada para actuar como espejo de la sociedad. Es posible, sí, pero a quién pretendemos engañar si sabemos que, al final, lo que cuenta es esa máxima que dice que “money makes the world go round”.
Los zombis han dado pie a películas, series de televisión, cómics, novelas, podcasts y conversaciones en la cola de la charcutería, de diversos géneros como el terror, la ciencia ficción, la comedia o el drama intimista. Y ya está bien. De verdad, lo hemos pillado. Se acabó. El subgénero zombi cada vez se parece más a la pornografía: si puedes imaginarlo, seguramente existe.
Melanie. The girl with all the gifts tiene un punto de partida interesante, pero es sólo porque se esfuerza por ocultar de qué trata la película realmente. Y sí, durante esos quince primeros minutos la estrategia funciona y el espectador observa intrigado. Además, Glenn Close anda por ahí y eso siempre da tranquilidad porque a estas alturas y con una espléndida trayectoria a sus espaldas, suponemos que no tiene ninguna necesidad de embarcarse en proyectos basura. Bueno, pues, ¡sorpresa!, la buena de Close debe llevar una mala racha en las carreras de caballos porque si no, no se entiende.
Es una pena porque el director Colm McCarthy viene de una carrera televisiva envidiable, con títulos como Peaky Blinders, Sherlock o Ripper Street, todas ellas series infinitamente más inteligentes que el material que ha escogido para arrancar su carrera cinematográfica.
No todo va a ser un desastre. La debutante Sennia Nanua realiza una interpretación más que correcta que le valió el premio a la Mejor Actriz en Sitges y la puesta en escena, en general, es muy notable habida cuenta de los escasos cinco millones de dólares que costó realizar la película. Guerra Mundial Z costó 190 millones y es más espectacular pero no mucho mejor.
En resumidas cuentas, si os van los zombis y queréis echar una mano a Close con sus deudas, adelante. Si no, poned las noticias, que seguro que os lleváis más sustos.