DVD y BluRay: TODOS QUEREMOS ALGO – Everybody wants some!! (2016) de Richard Linklater
Llegados a cierto punto se antoja bastante arduo esquivar las conscientes o inconscientes expectativas que un espectador se hace ante una determinada película, máxime cuando la firma un director que lleva un lustro en estado de gracia, con la notable comedia negra Bernie, el cierre de su trilogía romántica extendida a lo largo de 18 años y la ambiciosa Boyhood, relato una infancia y adolescencia “en tiempo real”. Para más inri, subía la apuesta esa etiqueta autoproclamada de “secuela espiritual” de Movida del 76, aclamado retrato (en diferido) de una generación y cumbre del cine generacional, que puso a Richard Linklater en el mapa cinematográfico mundial.
Pues bien, desde luego no se esperen otro gran relato generacional, ni en diferido, como el título arriba mencionado, Desmadre a la americana o Grease, ni mucho menos en directo, como Trainspotting, Bocados de realidad o El club de los cinco, ya que se sitúa en plenos ochenta. Lo que se encontrarán es algo tan noble, sano y lícito como un ejercicio de nostalgia de sus años mozos por parte de un director que si algo ha demostrado de sobra hasta ahora es su versatilidad estilística y su pasión por los retos creativos, por lo cual nadie debe negarle el derecho a permitirse una celebración sin mayores ínfulas ni pretensiones de su propia juventud a través del medio fílmico, que tanto domina.
Las piezas que componen el relato las hemos visto ya cientos de veces y realmente ninguno de los personajes está desarrollado hasta un punto de sobresalir por encima del conjunto, pero a cada cual con sus particularidades, componen un mosaico compacto que funciona y fluye sin mayores aspiraciones. Sin apenas pasar por los campos de béisbol y mucho menos por las clases, la acción se centra primordialmente en la fiesta, constante y prioridad, tanto en las casas estudiantiles como en los diferentes locales nocturnos (como curiosidad, ni rastro de las habituales fraternidades), cauce que Linklater aprovecha para dar rienda suelta a su rica y ecléctica selección musical, el ámbito de mayor valor “etnográfico” de la película.
Pasamos así por el canto del cisne de la música disco, el repunte del country, los inicios del hip hop como fenómeno global y la escena punk y rock de principios de los ochenta. Desde Kool & The Gang, Sugarhill Gang o The Knack pasando por Parliament, Pat Benatar o Devo, con espacio también para imprescindibles como Queen, Pink Floyd y sobre todo Van Halen, que da nombre a la película con uno de sus temas.
En definitiva, un entretenido relato de batallitas de juventud y juergas universitarias que no aspira a erigirse en retrato icónico de una generación presente o pasada, sino una sana y noble celebración nostálgica, que ya basta por sí misma.