ELTON JOHN – TINY DANCER / BSO de ‘CASI FAMOSOS’ (2000) de Cameron Crowe
¿Piensas que el tiempo no pasa tan rápido, que tampoco eres tan viejo? Echa la vista atrás y al fijarte en el hecho de que los chavales nacidos en el 2000 empezarán en apenas unos días la universidad te darás cuenta de que sí lo eres. Y al igual que cumplen años las personas, lo hacen también las películas. Ayer "llegó a la mayoría de edad" Casi famosos, en su momento desafortunada en cuanto a números pero bien apreciada por la crítica (Oscar al Mejor Guión y Globo de Oro a Mejor Película de Comedia/Musical y a Kate Hudson como Actriz de Reparto) y película de culto en los años venideros.
Sin embargo, pasados ya suficientes años como para revisitar el fenómeno con cierta perspectiva, creo (muy subjetivamente) que, pese a su presencia significativa en las selecciones cinematográficas de la década 2000-2010 (de rigor cada que un nuevo decenio toca a su fin), desde entonces no se tiene a la película de Cameron Crowe en el lugar que se merece. Y mi particular "regalo" por su 18 aniversario pasa por dedicarle una entrada en la sección que más se podría esperar para un film de este tipo: la musical.
Estamos ante toda una celebración de la escena musical de los setenta a través de los ojos vírgenes de una suerte de alter ego de Crowe, cronista precoz de carretera para la Rolling Stone en su adolescencia. Así pues, vaya una colección de artistas y bandas fundamentales que nos regala su banda sonora: Simon & Garfunkel, The Who, Led Zeppelin, The Beach Boys, Lynyrd Skynyrd, The Allman Brothers Band... Pero, una vez más, toca destacar un momento sobre el conjunto, y pese a semejante colección de nombres mayúsculos, no tuve dudas de cuál había de ser la seleccionada.
No porque sea la mejor canción que se escucha en la película, que eso es eminentemente relativo, sino por el lance particular del metraje al que "viste" y con el que se acaba fundiendo en uno, en una brillante transición del uso extradiegético al diegético, del fuera de plano al dentrísimo de plano. La voz y el piano de Elton John dando forma a la letra de Bernie Taupin acompañan a un orgasmo musical colectivo con el que el protagonista cruza su particular Rubicón, dándose cuenta de ese fascinante camino es de no retorno, y que encuentra su culmen cuando la groupie mayor de la banda con la que vieja, su madrina de facto (interpretada por Hudson) le deja claro que la carretera es ahora su hogar.