FAMILIA Y CULPA - 'MADRE E HIJO', de Calin Peter Netzer
MADRE E HIJO - Pozitia copilului (2013) de Calin Peter Netzer
En la última década, el cine rumano ha experimentado un crecimiento (tanto a nivel artístico como en su presencia en festivales) superlativo. A muchos no nos atrajo demasiado en primera instancia, por considerarlo otra moda festivalera gafapástica. Pero entonces llegó 4 meses, 3 semanas, 2 días y la Palma de Oro en Cannes, y no nos quedó más remedio que ver para opinar. La sorpresa fue mayúscula. No sólo era una notable película proveniente de un país en el que no sabíamos que se supiera hacer cine, sino que funcionaba de forma excelente a varios niveles: como drama intimista, como thriller agónico, como denuncia social... Cristian Mungiu había abierto la brecha y la industria europea empezaría a recibir con los brazos abiertos las nuevas propuestas de esa nueva ola de directores rumanos.
Y así nos llega Madre e hijo, de Calin Peter Netzer, el último ejemplo de la fábrica rumana y ganadora del Oso de Oro de la Berlinale en 2013. Cuenta la historia de un hombre que una noche atropella accidentalmente un niño, provocando su muerte, y de cómo la madre del conductor, una mujer de clase alta, tratará por todos los medios de evitar que su hijo acabe en prisión. Partiendo de ahí, la historia se adentrará en la relación obsesiva de esa madre con su hijo, y de las distintas formas de abordar la pérdida y la culpa. Remite en cierto modo a Nader y Simin, una separación, de Asghar Farhadi, por la contraposición de clases sociales y esa sensación que impregna ambas películas de que se le está ocultando algo al espectador.
Luminita Gheorghiu. Así se llama la actriz que da vida a esa madre del título, esa mujer cuya riqueza de primera generación parece situarla por encima del bien y del mal. Luminita Gheorghiu. La mejor interpretación que este crítico ha visto en lo que va de año. Intensa, desgarradora, que provoca rechazo y empatía a partes iguales. Luminita Gheorghiu, o la Edie Falco rumana. Repito su nombre, y con ello deseo que el lector sea capaz de retenerlo en su mente, aunque soy consciente de la dificultad y yo mismo no pongo la mano en el fuego por que vaya a recordarlo en dos semanas. Su actuación en la última escena de la película es tan arrebatadora que me río yo del Oscar de Cate Blanchett, y eso que la australiana estaba perfecta en Blue Jasmine.
Madre e hijo es un drama social de primer orden y un estudio de personajes excepcional. Nada sobra y nada falta. Es como es. Y es perfecta.