LOS CIMIENTOS DE UNA VIDA – 'DEMOLICIÓN', de Jean-Marc Vallée

Demolición (2015) de Jean-Marc ValléeDEMOLICIÓN – Demolition (2015) de Jean-Marc Vallée

La cosa va así: hombre joven, apuesto, broker de éxito, pierde a su mujer en un accidente de tráfico, y tras este incidente su vida se desmorona, o más bien es él quien se encarga de desmontarla pieza a pieza hasta llegar a los cimientos de su ser y tratar de averiguar quién es realmente para poder seguir adelante.

Demolición (2015) de Jean-Marc ValléeJean-Marc Vallée nos tiene acostumbrados a películas cuyos héroes viven experiencias transformadoras y de autodescubrimiento. Desde el adolescente de C.R.A.Z.Y. que luchaba por forjarse una identidad, hasta el cowboy de Dallas Buyers Club que ve cómo sus rancios ideales se tambalean cuando contrae el virus del sida, pasando por la joven de Alma salvaje que recorre 1.600 km para, al final, encontrarse a sí misma. Por eso no sorprende que el director canadiense vuelva a colarnos otra historia de esquema similar, casi siempre con regusto complaciente y agridulce. Y qué más da. No, no le darán a Vallée un premio por la diversidad narrativa en su filmografía, pero lo cierto es que es bueno en lo que hace, le ha cogido el callo, y sus películas, aunque sean refritos de otras cosas, siempre lucen frescas.

Demolición (2015) de Jean-Marc ValléeAdemás, el director tiene una mano extraordinaria para sus actores. Gracias a él les llegaron los Oscars a Matthew McConaughey y Jared Leto, y resucitó a una Reese Whiterspoon (felizmente) olvidada. En Demolición no se queda atrás y extrae de Jake Gyllenhaal, que ya de por sí es un notable actor, una interpretación excelente y matizada, llena de capas y cargada de honestidad. La que sí chirría ligeramente es Naomi Watts, cosa extraña porque la australiana es una de esas actrices que siempre cumple, así que achacaremos este pequeño desliz a que su personaje está algo desdibujado y su química con Gyllenhaal es escasa. El que sí tiene un papel destacado es el jovencísimo Judah Lewis, que defiende con soltura un personaje que parece sacado de C.R.A.Z.Y. y que se lleva buena parte de los momentos estelares de la película.

Demolición encuentra un equilibrio perfecto entre el drama personal y la comedia excéntrica gracias a un inteligente guión de Bryan Sipe. La propia historia se presenta en ocasiones de forma inestable, como si quisiera arrastrarnos a la psique de su protagonista, pero nunca pierde el rumbo ni olvida lo que quiere contar.

Con David Cronenberg fuera del mapa (a las estrellas) y Atom Egoyan completamente desnortado, al país del sirope de arce aún le quedan los Vallée, Villeneuve o Dolan para seguir sacando pecho de una gran cantera de cineastas.

Ficha técnica

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

RSS
Suscríbete por correo
Instagram