SALTAR O REMAR – ‘LOS EXÁMENES’, de Cristian Mungiu
LOS EXÁMENES - Bacalaureat (2016) de Cristian Mungiu
Hay países como barcos. Algunos navegan por aguas tranquilas y los tripulantes pueden gozar de un tranquilo paseo. Otros se ven obligados -sea por la tormenta, sea por capitanes incompetentes- a transitar por mares bravos que amenazan con el naufragio inminente. En este segundo caso, al pasajero se le presentan dos opciones: saltar al agua en un bote auxiliar para velar por su propia vida o coger los remos y tratar de enderezar el rumbo. Si el barco del que hablamos se llama Rumanía, no hay más que mirar los datos demográficos para comprobar que en los últimos diez años cerca de un 12 % de los pasajeros han optado por abandonar el barco. De los que se quedaron, algunos se empeñan en volcarlo mientras otros tratan de achicar el agua. ¿Cómo se endereza un navío que se hunde? Cristian Mungiu tiene su propia fórmula: a través del cine.
El talentoso director rumano, que en 2007 se llevó la Palma de Oro gracias a 4 meses, 3 semanas, 2 días, vuelve con Los exámenes, una obra que plantea el dilema del barco: saltar o remar. Para ello parte de la violación a una joven estudiante rumana en vísperas de sus exámenes finales. Del resultado de esos exámenes depende gran parte de su futuro, pues una buena nota le garantiza una beca en una universidad inglesa mientras que, de no conseguirlo, se verá condenada a quedarse en su país. ¿Qué hay de malo en quedarse? ¿Qué hay de bueno en irse? ¿Es justo que esa estudiante tenga que lidiar con las consecuencias de un país ya corrupto desde antes de que naciese? Son muchas las preguntas que formula Mungiu y, como buen sabio, pocas las respuestas que ofrece. Porque aquí no se trata de señalar culpables sino de reflexionar.
Desde luego, el panorama que presenta no es demasiado halagüeño, con una Rumanía gris poblada de personajes que conforman un entramado de corrupción latente en todos los ámbitos de la sociedad. Sin embargo, Mungiu justifica a sus personajes. No los exculpa pero les da una causa probable, y el espectador se plantea cómo actuaría en una situación similar. Porque si el primer debate era "saltar o remar", para los que optan por la segunda opción se plantea otro dilema: luchar contra la marea o dejarse llevar por ella.
Los exámenes es una película con el sello distintivo de su autor: atmósfera asfixiante, narración cargada de realismo, crudeza visual, reflexión social. No por casualidad ganó el Premio al Mejor Director en Cannes (ex aequo con otro grande, Olivier Assayas): es muy difícil que una película tan reflexionada y que al mismo tiempo invite a la reflexión tenga un empaque tan natural y deje la impresión de haber presenciado un episodio real en la vida del país, aunque solo sea un azulejo en el enorme mosaico marítimo.
Cuando se trata de cine, Cristian Mungiu no se limita a remar: él agarra el timón. Y es su compromiso lo que le ayuda a reflotar el barco, al menos hasta la próxima tormenta.