TÓCALA OTRA VEZ, SOLOMON - '12 AÑOS DE ESCLAVITUD', de Steve McQueen

12 años de esclavitud (2013) de Steve McQueen12 AÑOS DE ESCLAVITUD - 12 years a slave (2013) de Steve McQueen

¿Estamos ante la película definitiva sobre la esclavitud? Puede. Estamos ante una magnífica película, sin duda de lo mejorcísimo de este año, dolorosa, visceral, en ocasiones tan bella que asusta. Pero, ¿la definitiva? ¿Era La noche más oscura la película definitiva sobre las consecuencias del 11-S y la captura/matanza de Bin Laden? Quién sabe, puede que sí. Pero a los cinéfilos de pacotilla como yo se nos llena la boca con calificativos tremendistas, y conscientes como somos de que "la mejor" vende más que "una de las mejores", e "insuperable" vende más que "difícilmente superable", echamos mano de nuestro diccionario de hipérboles y nos ponemos a aporrear el teclado con la pasión de un pianista hasta las cejas de LSD. Voy a intentar, pues, moderar mi crítica. Y a la pregunta de si 12 años de esclavitud es la película definitiva sobre la esclavitud, responderé que puede que sí, puede que no, pero es la mejor que yo he visto.

12 años de esclavitud (2013) de Steve McQueenEl Lincoln de Spielberg abordaba el tema pero otorgaba el protagonismo al decimosexto presidente de los Estados Unidos y a su lucha política por la abolición de la esclavitud. El Django de Tarantino tenía como protagonista a un esclavo, pero ya en el arranque era liberado, y además toda la cinta se convierte en una de esas revanchas históricas a las que el director parece haberse aficionado, a lo "carguémonos a Hitler". Es por eso que 12 años de esclavitud es tan necesaria. El protagonista es el esclavo, Solomon, rebautizado como Platt por sus amos, y el público comparte con él esos doce años de miseria, humillación y violencia. No hay paliativos, no hay heroicos presidentes blancos ni doctores King Schulz que valgan. La película de Steve McQueen renuncia a los parches y lo que queda es un testimonio crudo, desnudo, doloroso.

12 años de esclavitud (2013) de Steve McQueenAlgunos acusarán al director de haber realizado su película más académica, más "oscarizable", y en buena parte tendrán razón. Pero la pregunta del millón es: ¿Y qué? Al igual que ganar premios no es sinónimo de calidad, tampoco es un antónimo de ello. Steve McQueen ganará un buen puñado de ellos (el primero, el del Círculo de Críticos de Nueva York, ya lo tiene) y tendrá merecido hasta el último que le otorguen. Las leyes de la justicia compensarán el incomprensible olvido de esa joya que fue Shame y cubrirán la historia de Solomon Northup de estatuillas doradas. A no ser, claro, que esa virguería visual pero escasita de guión titulada Gravity le arrebate la gloria. Y si lo hace, sea pues, qué le vamos a hacer, no es oro todo lo que reluce. Siempre nos quedará para el recuerdo el salto de calidad de un actor de nombre impronunciable y talento intachable como es Chiwetel Ejiofor, una de las mejores interpretaciones (y ya es decir) de Michael Fassbender, la fotografía exquisita de Sean Bobbitt, la banda sonora del imperecedero Hans Zimmer y un largo etcétera de logros.

Algún día alguien hará una película mejor sobre la esclavitud porque, tengamos perspectiva, el cine tiene poco más de cien años de existencia y, con suerte, seguirá cumpliéndolos de cien en cien. Algún día otro criticucho verá esa película mejor y con esa actitud de pianista alucinado escribirá la crítica de la que, para él, es la mejor película sobre la esclavitud. Ese día llegará, no me cabe la menor duda. Pero, hoy por hoy, puede que 12 años de esclavitud sea la mejor. Sólo puede.

Ficha técnica

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