¿BILLETERA MATA ESTATURA? - 'CORAZÓN DE LEÓN', de Marcos Carnevale
CORAZÓN DE LEÓN (2013) de Marcos Carnevale
Incuestionable en el rédito comercial que deparara unos de los "tanques argentinos" del año, Corazón de León se convirtió -gracias a su notable promoción y a su prolongada estadía en cartelera- en un éxito inmediato. En su propuesta, el tráiler mostraba a un Francella auténtico: superado, superfluo, malhablado, canchero... pero en menor tamaño. Eso implicaba un riesgo claramente. ¿Cómo manejar la comedia y rozar el drama? Construyendo el film bajo los cánones de manual de la comedia romántica, Carnevale equilibra su producción dosificando su emotivo "mundo real" con las situaciones meramente graciosas y pasatistas. De esta forma, Corazón de León es una película donde, en principio, fluye sin tensiones el humor y las situaciones dramáticas, mérito también del director, a la par que guionista de esta propuesta.
A este respecto, Carnevale es un especialista en realizar cintas con personajes afectados por alguna discapacidad y/o limitación y en sus últimas realizaciones esto se ha potenciado. Y aquí, donde la trama se densifica, es donde la película adquiere un matiz ambiguo: toma el enanismo pero de una manera superficial y, por momentos, contradictoria. Su protagonista se ha armado un mundo y una coraza para salir a la realidad tan grande que cuando es rechazado por Ivana (Julieta Díaz) se deprime. Su personaje, León, se cree chanta, caradura, comprador, argento,… pero en el fondo le duele mucho su condición, y no lo manifiesta. En dicha tesitura, el personaje de Francella potencia su dimensión. En ese deambular entre la miseria ajena y el regodearse de una anomalía, allí es donde Corazón de León se convierte en una película moralmente cuestionable, lo cual no supondría un problema mientras no acostumbre a señalar la hipocresía del otro y borrando con sus actos su prédica. Por ejemplo, no es fácil recibir el mensaje de aceptación del que es diferente cuando, para lograr esa distinción, necesita retocar en forma digital el cuerpo de un actor. La contradicción se hace, una vez más, evidente y el límite es muy fino y preciso.
Por otra parte, las comedias románticas son tan populares porque nos enseñan que cualquier relación entre cualesquiera dos personas puede funcionar si se concilian las diferencias inherentes al individuo, un lugar común y poco sutil ineludible. Carnevale, acertado en ese tópico, se mete en terrenos sentimentales archiconocidos: así como en las exigencias que hay en las parejas respecto al miedo al rechazo, valores como belleza contrapuesto a inteligencia, el culto al físico y la tendencia al uniformismo estético, son algunas de las claves por las que el film transita.
En esta película, Guillermo Francella encontró finalmente el proyecto que le permitió fusionar a la perfección la comedia y su estilo de trabajar el humor con el drama. Esta es una gran propuesta para disfrutar al comediante como artista completo, pués está a cargo de un personaje que tiene distintos mátices que le permitieron al actor lucirse a lo grande en la gracia natural que exuda su humor. Hay actores que tienen un ángel particular para las comedias, tipos capaces de hacer reír con una mueca, una frase o una mirada. La sola presencia del personaje en cuestión lleva a la sonrisa. Esta clase de actores funcionan como una especie de salvoconducto para los directores, a sabiendas de que este plus influye positivamente en el balance final del film, y aquí el "efecto Francella" cobra sentido. En Argentina, quizás el mejor ejemplo esté encarnado en este artista, quien ya demostró su capacidad de hacer drama de manera efectiva sin perder su habitual gracia.
Podríamos concluir afirmando que Carnevale aprovechó todo lo que ofrece esta relación despareja para poner también el acento (y así dar el paso necesario hacia el éxito comercial) en lo emotivo y lo sentimental. Con la experiencia que su dilatada trayectoria le otorga logra una buena transición entre la comedia y el drama, que suele ser muy efectiva para generar risas gracias a su evidente timing y suma valor a los enormes esfuerzos de producción del film, de esos que se ven en contadas ocasiones por año en las realizaciones nacionales. No obstante, el autor lleva tatuada la marca de sus producciones televisivas y aquí no puede evitar caer en un registro de melodrama simplista a la hora de transmitir su mandato moral, ya que acaba por explotar un costado no tan favorecedor.
Las películas de Marcos Carnevale siempre abordaron temas tomados de la vida misma, como, por ejemplo, el amor en la vejez (Elsa y Fred) y la tolerancia con los discapacitados (Anita). Carnevale asegura que su película puede aportar un grano de arena contra la discriminación y a favor de quienes la sociedad cataloga como "diferentes". Si bien sería muy pretencioso educar o hacer tomar conciencia por medio del film, quizás su valor resida -mas allá del entretenimiento que propone- en encontrarnos reflejados como sociedad. Vale destacar que este cineasta siempre se ha preocupado también por la discriminación y el modo en que son educados los seres humanos para juzgar o ser juzgados y, en definitiva, todos somos un poco jueces y otro poco cortos de estatura.
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