BELLEZA PARA RESUCITAR A UN MUERTO (¿EN SAN REMO?) - 'CAROL', de Todd Haynes

Carol (2015) de Todd Haynes

CAROL (2015) de Todd Haynes

Si Patricia Highsmith, en un giro argumental propio de sus novelas de thriller psicológico, no hubiera muerto sino que se hubiera cambiado de identidad y mudado a otro país, pongamos a Italia, a San Remo, donde su famoso personaje Tom Ripley veraneó y asesinó, y esta mañana hubiera decidido, oculta bajo unas grandes gafas de sol oscuras, entrar furtivamente a una proyección matinal de Carol, es probable que irrumpiera en medio de la película, olvidando que el mundo la creía muerta y por tanto debía ser en extremo sigilosa, y puesta en pie hubiera señalado la pantalla exclamando: "¡Ésta! ¡Ésta!". La pregunta a la que ella estaría respondiendo no habría sido, por supuesto, formulada por nadie, y el público pediría a esa extravagante anciana que hablaba italiano con acento de Texas que guardara silencio y volviera a su asiento - "si segga, prego"- pero la mujer, en éxtasis sin igual, habría sido incapaz de contenerse, pues había visto a lo largo de su vida, antes y después de su falsa muerte, decenas de sus historias y personajes cobrar vida en una pantalla, pero nunca con una belleza tan excepcional, jamás con un dolor tan contenido, y aunque nadie le habría preguntado, ella igualmente contestaría que esa, era esa, la que ella prefería y la que se llevaría a la tumba cuando finalmente muriera de verdad o fingiera, por enésima vez, que moría.

Carol (2015) de Todd HaynesPor supuesto, todo lo dicho anteriormente es mera conjetura. No conocí personalmente a Patricia Highsmith ni planeo un viaje próximo a Italia para averiguar si, en efecto, se ha mudado ahí bajo un nombre falso. Lo único que sé, porque fue ella quien lo dejó por escrito, es que su novela Carol, inicialmente titulada The price of salt, fue su alegato más valiente y personal. La guionista Phyllis Nagy, íntima amiga de Highsmith, entendió la novela con providencial claridad: es al mismo tiempo una historia de amor (chica conoce a chica y se enamoran) y una historia política (una madre lucha por conservar la custodia de su hija frente a una sociedad que la acusa de padecer un evidente trastorno de lesbianismo). La historia de Carol y Therese es la de un enamoramiento en forma de viaje sin rumbo, un ir adelante guiado por pasiones más allá del entendimiento, una lucha contra las adversidades y, finalmente, el ineludible sacrificio.

Carol (2015) de Todd HaynesPero la verdadera grandeza de Carol reside en la dirección de Todd Haynes y en las interpretaciones de Cate Blanchett y Rooney Mara. Haynes aporta un clasicismo y una elegancia atemporales, una estética visual y narrativa inspirada en las fotografías de Helen Levitt, Ruth Orkin y Esther Bubley, entre otras -no por casualidad el personaje de Therese se dedica a la fotografía mientras en la novela original su gran pasión era la dirección escénica teatral- que aportan una gama cromática y una textura de una belleza hipnóticas. Por su parte, Blanchett y Mara están inmensas, perfectas, cada mirada que intercambian bien podría ser lo más hermoso que se ha visto en una sala de cine en años. Ver dos talentos tan inabarcables compartir una pantalla es un privilegio que sólo a un necio podría pasarle desapercibido.

No seáis esos necios. No os privéis de un placer tan grande. La belleza de Carol bien podría resucitar a un muerto, ya sea aquí o en San Remo.

Ficha técnica

2 comentarios en «BELLEZA PARA RESUCITAR A UN MUERTO (¿EN SAN REMO?) - 'CAROL', de Todd Haynes»

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