DÚO DINÁMICO - RESISTIRÉ / BSO de '¡ÁTAME!' (1989) de Pedro Almodóvar

Terminan los primeros quince días de cuarentena con la sensación de que esto sólo acaba de empezar... pero no queda otra. Y no nos pongamos agonías ni apocalípticos, que ni estamos en una guerra, ni en un campo de refugiados. Además, la inmensa mayoría disfrutamos en casa de toda una serie de comodidades y distracciones que deberían bastar para hacer llevadera la situación. Me pregunto la cara que pondrá la gente que se tira meses trabajando en el mar, o en una plataforma petrolífera perdida en medio de la nada, cuando escucha los "problemas del primer mundo" de tanto quejica al que parece que se le va la vida.

Una constante positiva de este período de excepción son los puntuales aplausos colectivos desde ventanas y balcones a todos esos profesionales que se parten la cara y la salud día sí, día también por intentar contener al bicho, así como los cánticos que se han popularizado en los vecindarios y viralizado en las redes (nunca lo analógico y lo digital han ido tan a la par). En nuestro país, en concreto, hay uno que se ha ganado por antonomasia la distinción de himno oficial del confinamiento: Resistiré, del Dúo DinámicoCon una letra de Carlos Toro y una melodía que emula parcialmente I will survive, de Gloria Gaynor (todo un himno para la comunidad LGTBI), este pegadizo tema supuso el regreso del dueto conformado por Manuel de la Calva y Ramón Arcusa a sus mayores cotas de popularidad en 1988.

Un año más tarde, Pedro Almodóvar recogió el guante y le eligió para la última escena de ¡Átame!, una de las cumbres de su filmografía. Lo cierto es que, más allá de la fama de la que gozaba la canción, su inclusión en el punto final venía como anillo al dedo para cerrar una película que tiene en el síndrome de Estocolmo su hilo conductor. Antonio Banderas, secuestrador, y Loles León, hermana de la secuestrada, la cantan a viva voz mientras Victoria Abril, secuestrada, echa el resto con su contenida interpretación, que encierra en apenas un minuto todas las consecuencias emocionales de un relato crudo y que roza lo estrambótico. Ese sí fue un confinamiento para quejarse y no el que tenemos que pasar estos días. 

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