JOHN WILLIAMS - PRINCESS LEIA'S THEME / BSO de 'LA GUERRA DE LAS GALAXIAS' (1977) de George Lucas

Que 2016 ha sido, en no pocos aspectos, un año para olvidar, para despedirlo y que no vuelva nunca más, era ya desde hace algunas semanas un hecho constatado, especialmente en lo que a la guadaña de grandes artistas se refiere: David Bowie, Alan Rickman, Ettore Scola, Prince, Bud Spencer, Michael Cimino, Kiarostami, Héctor Babenco, Juan Gabriel, Gene WilderLeonard Cohen... La temporada navideña y los últimos coletazos del año no han dado tregua, más bien todo lo contrario: el pasado domingo conocíamos la inesperada noticia del fallecimiento de George Michael y esta semana, la última del año, la puntilla final (esperemos, ya que aún quedan dos días), por partida doble y, para mayor tragedia, de la misma familia y con apenas un día de diferencia.

Anteayer nos dejaba de manera completamente repentina e inesperada, tras un par de días con problemas cardíacos, Carrie Fisher, la legendaria princesa Leia de la saga Star Wars (cuya familia suma también la pérdida, en verano, de Kenny Baker, el hombre dentro de R2-D2), amén de reputada consultora de guión y relevante figura pública, de particular en los últimos años, desde la publicación de sus memorias Wishful drinking, como relatora de sus problemas con el trastorno bipolar y la drogadicción. Y aún en plena conmoción y aluvión de reacciones y tributos en las redes sociales, nos topamos al día siguiente con el deceso, con una probable relación de causalidad, triste y cruel, de su madre, Debbie Reynolds, protagonista de Cantando bajo la lluvia (la habíamos visto recientemente como madre de Liberace en Behind the candelabra).

Volviendo a Carrie Fisher, ya no es únicamente la sensación de vacío hacia el pasado, por la pérdida de todo un icono de la cultura popular, ni hacia el futuro, porque ya no podremos verla completar la nueva trilogía galáctica, sino también por el fuerte valor simbólico y representativo de su personaje, que cuestiona y desafía, en un relato con naturaleza y estructura de épica clásica, los roles de género inherentes a la misma. Una figura mítica alejada del arquetipo y los avatares de la princesa clásica como damisela en apuros indefensa, que necesita ser rescatada por el héroe o príncipe azul de turno.

Carrie Fisher as Princess Leia

En Star Wars es la princesa quien rescata a su amado, quien da matarile, con sus propias manos, al villano que la retenía cautiva. Era guerrera y bajaba al terreno de batalla, liderando la rebelión contra un tiránico Imperio, como princesa Leia en el pasado y como general Organa en el presente. En el conjunto de la saga se erige sin duda como el personaje de mayor fortaleza y entereza, sobreponiéndose a la pérdida de sus padres, tanto biológicos como adoptivos, y de su planeta entero, así como a la desaparición de su hermano, a la corrupción de su hijo hacia el Lado Oscuro y al asesinato de su primer y gran amor por parte de este último.

Un personaje que aún tenía mucho que decir, como principal mentora y líder de una nueva generación de rebeldes, y al que aún le quedaba mucho espacio para seguir siendo construido, que podrá, pero inevitablemente asociado a otro rostro y, por tanto, con un efecto que ya no será el mismo. Un rostro, por otra parte, que guardaba mucho más contenido, más allá del personaje y del mito, y que, como en tantas otras ocasiones, sólo sale a relucir a gran escala cuando la persona tras ese rostro nos deja.

2016, vete y no vuelvas nunca más.

In memoriam Carrie Fisher (1956-2016) y Debbie Reynolds (1932-2016). 

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