DIARIOS DE CUARENTENA: EXTRACURRICULAR
EXTRACURRICULAR (2020-), creada por Jin Han-Sae (1ª temporada)
Nada es lo que parece
¿Hasta dónde estarías dispuesto a llegar para conseguir tus sueños? ¿Y por algo que no tiene nada de extraordinario (al menos en el contexto de un estado de bienestar occidental contemporáneo) como estudiar en la universidad y conseguir un buen trabajo? Ese parece ser el punto de partida de esta sorprendente serie surcoreana del catálogo de Netflix, un logrado híbrido de drama juvenil y thriller que se mueve por los avernos de la condición humana con un ritmo progresivamente vertiginoso.
El relato nos propone un juego de dobles caras con sus personajes principales prácticamente desde el inicio. El protagonista, un tímido, solitario y aplicado estudiante de un instituto elitista, mantiene un gran secreto que le permite costear sus estudios y sus gastos y acopiar para sus proyectos de futuro sin ayuda alguna de unos padres ausentes. Pero el particular tinglado del "pringao de la clase" va más allá de unos simples trapicheos: desde una simple aplicación móvil y un pseudónimo coordina un servicio de prostitución, con protección garantizada a las chicas que prestan sus servicios, muchas de ellas menores. Aunque lo más interesante es la asimetría de todo este sistema: ni las chicas ni el "matón" que las protege en la retaguardia (una suerte de ronin errante en la urbe) conocen en absoluto la cara, el nombre o identidad de su jefe, que utiliza una herramienta de manipulación de voz cada vez que se comunica con ellos.
Las restantes piezas del puzzle se van sumando poco a poco para enredar la historia hasta límites insospechados: una compañera de clase del protagonista, de padres muy ricos, que descubre el pastel y quiere entrar para llevarse su parte; un profesor que no se entera de lo que pasa ante sus ojos y tiene a ambos en gran consideración; otra compañera que fuera de clase se dedica al "servicio de citas" del protagonista y establece un fuerte vínculo paternal con el protector; su novio, chulesco, abusón y "mantenido" por ella en todos sus caprichos, sin que tenga idea de dónde viene todo ese dinero; el padre del protagonista, irresponsable y crápula hasta la médula, que no sólo no lo mantiene y apoya sino que se aprovecha de él; un mafiosillo local de poca monta y su tropa, que se cruzan de casualidad con el "negocio" y quieren también su parte, rizando aún más el rizo; y una agente de policía, única persona adulta que huele la chamusquina y empieza a tirar del primer hilo que encuentra.
Como podéis ver, cualquier parecido con series de institutos de niños ricos es pura coincidencia. Esto es una historia de violencia, de deseos, de ética y moral, de venganza, de engaños, de relaciones de poder implícitas y explícitas, de vínculos afectivos inesperados. El episodio piloto, prueba de fuego de cualquier relato seriado, no suelta demasiada prenda, y la interpretación contenida e indolente del protagonista no invita en exceso a ver los siguientes capítulos, pero en cuanto nos damos cuenta, la serie nos monta en una montaña rusa repleta de curvas cerradísimas y con un bajada final (narrativa y semántica) trepidante, demencial, un descenso a los infiernos a la velocidad de luz que nos deja en un cliffhanger con todos los cabos abiertos. La segunda temporada (si la hay, que espero) promete y tiene mucha tela que cortar.